Como no pudimos salir por el confinamiento, decidimos echar un vistazo a lo que hacíamos el año pasado por estas fechas. Aquí tenéis un encuentro con un pastor llamado Juan. Habíamos terminado de rodar en Gaucín y nos detuvimos junto al camino. Juan descansaba a la sombra y estaba dispuesto a charlar sobre sus cabras y la vida en general. A pesar de su rostro surcado, Juan tenía la mirada clara de un hombre mucho más joven, y la cabra también le clavaba una mirada fija.
