Los pueblos pintorescos de la España andaluza tienen una desventaja para el fotógrafo: el acceso. A menudo, la villa que fotografiamos se encuentra al final de una calle bonita, pero empinada y estrecha. Mover el equipo y el atrezo para preparar una sesión es un desafío físico, ¡pero subirlo todo cuesta arriba al final del día es aún más difícil!
