Los días son más cortos, por lo que las tardes en Granada ofrecen una perspectiva diferente a las del caluroso verano. Muchos de los principales monumentos de la ciudad se iluminan por la noche y lucen fantásticos. Esta foto de la Alhambra, tomada desde el Albaicín, resalta las líneas exactas de los edificios contra el oscuro cielo nocturno.
